Situada en el valle de Santa Caterina, en medio del macizo del Montgrí, fue fundada en 1392 por tres frailes benedictinos procedentes del monasterio de Montserrat. Aunque la ermita actual no se asemeja demasiado a la primitiva, ya que ha sufrido varias reformas, sus dependencias son visitables.
En la planta baja se encuentra la capilla, en el piso superior, las salas que ocupaba la familia del ermitaño, y en el sótano se conservan las antiguas dependencias. En el patio hay un pozo, de donde se decía que venían los niños.
En este lugar se celebra cada año un encuentro en honor a la santa, al que se le atribuye la salvación del pueblo de Torroella en el año de peste y hambre, y que tiene la fiesta el 25 de noviembre, según la tradición iniciada en el siglo XVII.
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