Construido entre los años 1294-1301 por orden del rey Jaume II, enfrentado con el condado de Empúries, el castillo, del que sólo se llegaron a construir los muros y las torres adosadas en forma de cuadrado, se erige como símbolo del municipio.
Este mirador, que es uno de los más atisbados del Empordà, ofrece una vista panorámica de 360 grados. De norte a oeste se puede contemplar la bahía de Roses y Empúries, el Canigó, los Pirineos, el Montseny, las Gavarres, Baix Ter y la bahía de l’Estartit, con las islas Medes.
Se accede a pie, desde Torroella.
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