l'Estartit
La situación de l’Estartit está condicionada por el relieve del entorno: la montaña, el llano y el mar. Por eso las casas se construyeron junto a la montaña, en el lugar más protegido de los temporales del mar, de la tramontana y del río Ter que antes desembocaba más cerca y suponía un riesgo derivado de las posibles avenidas.
Otro hecho derivado de esta situación del pueblo entre la montaña y el mar es que el paso del agua de lluvia que desciende por los torrentes se ve impedido. Por eso, cada cuatro o cinco casas hay un cadeny, un pequeño pasaje transversal que permite la circulación de esta agua y a la vez sirve de atajo para pasar de una calle a otra y llegar hasta el mar.
Los cadenys representan una adaptación urbanística al espacio físico del pueblo, y también son parte de la singularidad de l’Estartit.
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